Literatura
¿La muerte de la ficción?
Traducción de Manuel Kalmanovitz
Muy lejos están los años dorados de las revistas
literarias universitarias. Ante el cierre de algunas y la digitalización total
de otras, uno de los principales damnificados parece ser la ficción.
Es inevitable. En una comida o en las
tribunas de un partido de fútbol de mi hijo algún bien intencionado me pregunta
qué hago. “Soy editor del Virginia Quarterly Review”, les
digo, “la revista literaria de la Universidad de Virginia”. Algunos asienten
educadamente, casi como si la reconocieran. Sí, recuerdan haber visto en el
periódico local que hemos ganado unos premios importantes, ¿no? Es muy
respetada, ¿no? Pero la idea de editar una revista literaria les parece
ligeramente más útil que fabricar látigos para coches de caballos o puestos de
telégrafo. Es la clase de oficio arcano que según ellos sigue con vida gracias
a una orden monástica en un convento remoto de las montañas, o merced a los
amish en un taller de imprenta en la zona holandesa de Pensilvania.
Y no sería raro que el oficio vaya a parar pronto a
un lugar parecido. Tras más de un siglo de fundar y subsidiar revistas
literarias como parte vital de su misión educativa, las universidades han
comenzado a deshacerse de ellas, argumentando problemas presupuestales y un
público en declive. A pesar de las consecuencias posiblemente desastrosas para
el paisaje de la literatura y las ideas, cada vez es más difícil sostener el
argumento contrario. Las revistas universitarias trimestrales, que antes eran
fortalezas de la literatura y de la discusión erudita en nuestro país, han
visto cómo disminuye en forma constante su base de suscriptores desde su mejor
época, medio siglo atrás, en paralelo con una disminución aún mayor de su relevancia
cultural.
Piensen esto: cuando Wilbur Cross
resultó el inesperado ganador demócrata en un estado de mayorías republicanas
en la elección para gobernador de Connecticut en 1930, su principal
cualificación era haber sido editor de la Yale Review durante
casi veinte años. Cross fue básicamente el inventor de las revistas
trimestrales contemporáneas al remodelar su durmiente revista y hacerla más
parecida a The Atlantic, convirtiéndola en una publicación que
combinaba la discusión de eventos de actualidad con la literatura y la crítica.
Mientras esperaba para posesionarse, Cross se escribía con Aldous Huxley,
Sherwood Anderson y Máximo...
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Objetivo: Profundizar entorno al pensamiento del autor del texto, para reconocer algunos de sus elementos.
Actividades:
- Señale a qué se refiere el autor.
- ¿Cuál es la intención del texto?.
- ¿Cuál es el propósito del texto (Indague, elabore lista de vocabulario, contextualice los personajes)?.
- Comparta sus comentarios en la clase de lectura crítica según programación y fecha.